miércoles, 18 de marzo de 2009

CIRCO ROMANO


El circo romano es una de las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas. Junto con el teatro y el anfiteatro forma la trilogía de navales para la cual se llenaba el circo con agua (hay restos de estas conducciones en el circo romano de Calahorra).
El Circo Romano es un recinto alargado, es la instalación más grande de las destinadas a divertir al pueblo, con remates circulares en los extremos. La
arena, muy alargada, estaba partida en dos por la spina formando dos calles por donde corrían las cuadrigas. Estaba destinado a carreras, espéctaculos y representaciones que conmemoraban los acontecimientos del Imperio, algunas de ellas eran batallas, otras de caballos. En esta espina se solían colocar columnas y estatuas así como obeliscos conmemorativos. Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o estatuillas de delfines.

EL COLISEO


El Coliseo (Colosseum en latín), originalmente denominado Anfiteatro Flavio (Amphitheatrum Flavium), es un gran edificio situado en el centro de la ciudad de Roma. En la antigüedad poseía un aforo para 50000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía se situaban los estratos inferiores de la sociedad. En el Coliseo tenían lugar luchas de gladiadores y espectáculos públicos. Se construyó justo al Este del Foro Romano, y las obras empezaron entre el 70 d. C. y el 72 d. C., bajo mandato del emperador Vespasiano. El anfiteatro, que era el más grande jamás construido en el Imperio Romano, se completó en el 80 d. C. por el emperador Tito, y fue modificado durante el reinado de Domiciano.[1]